Álora: Santuario de Nuestra Señora de Flores
El
origen del santuario de Nuestra Señora de Flores es una
pequeña ermita del siglo XVI. A finales de dicho siglo, la orden franciscana funda un convento de la mano de Fray Diego Gómez, permaneciendo en él hasta 1835, año en el que, exclaustrados por la Desamortización de Mendizábal, lo abandonan.
La iglesia posee una sola nave. En el siglo XVIII se amplió la misma, construyéndose la espadaña sobre la torre del campanario. Por su parte, en el interior se construyeron capillas laterales, prolongándose la nave y el altar mayor, lugar de emplazamiento del camarín,
de estilo barroco, con interesantes yeserías que alberga la imagen de Ntra. Sra. de Flores.
Cuentan las crónicas que
aquí se situó el campamento de las tropas cristianas durante la reconquista de la ciudad, teniendo lugar una misa antes de proceder a la batalla en la que se vencerían a los musulmanes que poblaban el castillo de Álora. Por dicho motivo, éste fue el lugar elegido para la construcción de la pequeña ermita.
Imagen Mariana de Nuestra Señora de las Flores
Los repobladores cristianos de Álora, procedentes en su mayoría de las localidades de Cumbres Bajas y Encinasola, fueron los responsables de edificar la ermita de Flores. Éstos solicitaron a la reina Isabel la Católica una imagen de la Virgen para venerarla en el nuevo edificio, la cual debía adquirir la advocación de Nuestra Señora de Flores, puesto que en Encinasola contaban con una imagen con igual título.
En el rostro de la Virgen predomina su mirada al frente, y un gesto imperioso, rozando una entrañable frialdad. La talla, de 1502 y autor desconocido, lleva en su mano derecha un cetro, mientras que en la izquierda porta la delicada figura del Niño Jesús. Este último le fue incorporado a la Virgen probablemente en el siglo XVIII ya que tanto la alegre gesticulación como la pequeña tórtola que porta en su mano izquierda hacen pensar en tal cronología.
Festividad de la Virgen de Flores
8 de septiembre.
Fecha de estancia de la imagen en el templo
Permanece en él durante todo el año, si bien en la mañana del domingo anterior al 30 de agosto la imagen es trasladada a la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de la Encarnación para celebrar los cultos en honor a su advocación. El retorno al santuario se realiza en romería, el domingo siguiente al día 8 de septiembre.
Ubicación
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